Sheyla Sigüeñas Z.
Lic. en Psicología
Durante los primeros años de vida, es importante que los padres brinden un ambiente seguro y estable fomentando en los niños iniciativas para que intenten hacer cosas nuevas, tomen riesgos sanos y resuelvan problemas, que les dará una base sólida para su aprendizaje y desarrollo.
La autoestima en los niños nace de sentirse amados y que pertenecen a una familia que los valora y respeta, donde se les motiva y alienta en diferentes situaciones como en sus logros y errores, pues son maravillosas oportunidades de aprender. Es la mejor habilidad que podemos cultivar en nuestros hijos, ya que esta es la herramienta que los protegerá frente a los desafíos de la vida.
Los niños que se sienten bien consigo mismo serán adultos capaces de disfrutar con mayor facilidad la vida, manejando situaciones de conflictos o tensión de forma optimista, perseverante y realista.
Por el contrario, los niños con baja autoestima son incapaces de enfrentar los desafíos que se les presenta, reflejando pensamientos negativos tales como “siempre me equivoco”, “no sirvo”, “no puedo hacer nada bien”, “no soy suficientemente bueno”, “soy malo”. Esto les genera sensaciones de ansiedad y frustración, provocando comportamientos retraídos, depresivos y con reacciones intolerantes y/o agresivas.
Es aquí donde usted puede desempeñar un papel importante para favorecer una autoestima sana:
- Asegúrese de expresarles su amor a través de palabras “Te amo, eres muy importante” y gestos tales como cosquillas, caricias y besos de forma espontanea a lo largo del día.
- Dedique tiempo especial a cada uno de sus hijos, haciéndoles saber que aprecia sus habilidades y virtudes.
- Enseñe a sus hijos a utilizar la honestidad emocional para expresar sus sentimientos: “Me siento… porque… y quisiera…”. (“Me siento enojado porque mi hermano coge mis juguetes sin mi permiso y quisiera que ya no lo haga”). La honestidad emocional significa respetar nuestros sentimientos y deseos, lo cual ayuda a gestionar y canalizar emociones.
- Evite calificativos irrespetuosos como: “No seas tonto”, “eres un flojo”, “no seas torpe” entre otros. Enfóquese en soluciones y no en culpas.
- Enfóquese en la conducta no en la persona a la hora de corregir, por ejemplo “Si su hijo derramo su bebida”, por lo general se dirigen a la persona “Que torpe que eres”. A diferencia de centrarnos en la conducta “Tu conducta de estar jugando a la hora de comer, no es lo adecuado”.
- Preste atención cuando sus hijos les compartan sus ideas, opiniones y gustos, pues esto les hará sentirse respetados y valorados.
- Sea curioso con sus hijos, realizando preguntas abiertas sobre lo que le está sucediendo como: “¿Está ocurriendo algo que te este haciendo sentir mal?, Veo una carita triste, ¿Puedo hacer algo para ayudarte?”.
- Evitemos realizar adulaciones a nuestros hijos, pues les genera la búsqueda excesiva de aprobación de los demás “Estoy muy orgulloso de ti por tu A”. Mejor si los motivan para fortalecer su autovaloración “Trabajaste mucho para conseguirlo, te lo mereces”.
- Propicie que sus hijos participen en actividades del hogar de acuerdo a su edad, con el fin de cultivar su cooperación y sentido de pertenencia, lo cual favorecerá su autonomía.
- Enfóquese en que sus hijos participen en la solución de problemas, desde que son pequeños, preguntando “¿Cómo ves tú lo que está sucediendo?, ¿Qué beneficios podrías obtener si tú hicieras tus tareas?, ¿Qué dificultades podrías tener si no realizas tus tareas?, ¿Qué alternativas se te ocurren para solucionar este problema?”.
Recuerde: Es importante que usted trabaje fortaleciendo su propia autoestima, entre más se ame así mismo, con todos sus errores y defectos mejor ejemplo dará a sus hijos, pues ellos son el reflejo de lo que ven respecto a lo que son y cómo encajan.
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