Licenciada T.O Claudia Valdez

El juego es importante en el desarrollo del niño. Mediante el juego el niño aprende a mover su cuerpo en el espacio, aprende a manipular objetos, aprende a conocer el mundo que lo rodea.

Los padres tenemos que brindar un espacio adecuado de juego al niño; en el que pueda hacer uso de su imaginación, creatividad y desarrollar sus habilidades sensoriomotrices.

Al jugar el niño observa y explora los juguetes que tiene en la mano, aprende a manipularlos y siente satisfacción al lanzar un juguete, ver hasta dónde llega y escuchar el sonido que produce cuando cae al piso. Cuando el niño presiona un juguete y este emite un sonido, el niño repetirá la acción varias veces si desea escuchar el sonido nuevamente; dejará el juguete que tiene en las manos si le presentamos un estímulo mayor.

Mediante el juego el niño aprende a manejar su frustración cuando al pretender armar piezas no resulta como lo deseaba. Aprende a manejar sus emociones ante el desafío lúdico que se le presenta. El juego también permite compartir con sus pares, intercambiar roles, esperar turnos y resolver entre ellos sus pequeñas rencillas.

El niño puede tener experiencias sensoriales a través del juego: al subir a un tobogán, correr sin zapatos sobre el césped, subir a un árbol, acariciar una mascota, balancearse en un columpio, clasificar semillas, hacer castillos de arena, abrazar a sus peluches, pintar con los dedos, entre otros.