El Síndrome de Asperger (SA) se caracteriza por la alteración cualitativa de la interacción social, un patrón de comportamiento, intereses y actividades restrictivos, repetitivos y estereotipados, con capacidad intelectual normal y unas habilidades lingüísticas normales en el área de la gramática y vocabulario.

En 1944, Hans Asperger denominó este trastorno “psicopatía autista”. La causa exacta se desconoce, pero es muy probable que una anomalía en el cerebro sea la causa del SA.

La incidencia de SA no está bien establecida, pero los expertos en estudios de población estiman conservadoramente que dos de cada 10,000 niños tienen el trastorno.  Los varones tienen tres a cuatro veces más probabilidades que las niñas de tener SA.

El SA es  un trastorno del espectro autista (TEA).

Aunque las personas con SA con frecuencia tienen dificultades sociales, muchas tienen una inteligencia por encima del promedio y pueden sobresalir en campos como la programación informática y la ciencia. No presentan retraso en el desarrollo cognitivo, las habilidades para cuidarse ni la curiosidad acerca del entorno.

Síntomas

Las personas con SA se tornan demasiado concentradas u obsesionadas con un solo objeto o tema, ignorando todos los demás. Quieren saber todo sobre este tema y, con frecuencia, hablan poco de otra cosa.

Con frecuencia, no reconocen que la otra persona ha perdido interés en el tema.

Su habla puede estar marcada por la falta de ritmo, una inflexión peculiar, o un tono monótono.    Por ejemplo, deberán ser recordados de hablar suavemente cada vez que entren a una biblioteca o un cine.

Las personas con SA con frecuencia se acercarán a otras personas; pero sus problemas con el habla y el lenguaje en un escenario social a menudo llevan al aislamiento.

Los niños con SA  tienen antecedentes de retrasos de desarrollo en las habilidades motoras.   A menudo son torpes y tienen mala coordinación con la marcha como dando brincos.

Pueden no entender el sarcasmo, o pueden tomar una metáfora literalmente

Tienen problemas con el contacto visual, las expresiones faciales, las posturas del cuerpo o los gestos (comunicación no verbal).

Muchos niños con SA son muy activos y también se les puede diagnosticar con el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Se puede desarrollar ansiedad o depresión durante la adolescencia y comienzo de la adultez. Igualmente, se pueden observar síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo y un trastorno de tic como el Síndrome de Tourette.

Etiología

La investigación actual señala a las anormalidades cerebrales como la causa de SA.  Usando imágenes cerebrales, los científicos han revelado diferencias estructurales y funcionales en regiones específicas de los cerebros de niños normales comparados con niños con SA.   Probablemente están causados por la migración anormal de células embriónicas durante el desarrollo fetal que afecta la estructura cerebral y el “cableado” y luego va a afectar los circuitos neurales que controlan el pensamiento y el comportamiento.

En un estudio encontró una reducción de la actividad cerebral en el lóbulo frontal de niños con SA cuando se les pidió que respondieran a tareas que requerían el uso de criterio.  Otro estudio encontró diferencias en la actividad cuando se les pidió a los niños que respondieran a expresiones faciales.  Un estudio diferente que investigó la función cerebral en adultos con SA reveló niveles anormales de proteínas específicas que se correlacionan con comportamientos obsesivos y repetitivos.

Los científicos han sabido siempre que debía haber un componente genético en SA y en los otros trastornos autistas debido a su tendencia hereditaria.    Se observó evidencia adicional para el vínculo entre las mutaciones genéticas heredadas y SA en la mayor incidencia de familiares que tienen síntomas de comportamiento similar a SA pero de forma más limitada.  Por ejemplo, tenían dificultades leves con la interacción social, el lenguaje y la lectura.

Sin embargo, nunca se ha identificado un gen específico para SA. La investigación más reciente indica que es probable que haya un grupo común de genes cuyas variaciones  hacen que una persona vulnerable desarrolle SA.

Diagnóstico

Generalmente se necesita un médico experimentado en el diagnóstico y tratamiento del autismo. Debido a que no hay ningún examen físico para el SA, el diagnóstico a menudo se basará en criterios muy específicos, a partir de un determinado manual médico.

 Los problemas deben ser obvios hacia la edad de 3 años.

Tratamiento

No existe ningún tratamiento único para todos los niños con SA.

Los programas para niños con síndrome de Asperger enseñan habilidades basándose en una serie de pasos simples y empleando actividades altamente estructuradas.

Los medicamentos como los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), los antipsicóticos y los estimulantes se pueden usar para tratar problemas como ansiedad, depresión, problemas para prestar atención y agresión.

Pronóstico

Con tratamiento, muchos niños pueden aprender a enfrentar los problemas del SA. La interacción social todavía pueden ser un problema.  Muchos adultos con este síndrome se desempeñan con éxito en trabajos tradicionales y pueden llevar una vida independiente si tienen el tipo de apoyo apropiado disponible.

Bibliografía

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Unidad de Recursos Neurológicos y Red de Información  del Instituto BRAIN http://www.ninds.nih.gov

Dra Myriam Velarde Incháustegui

Médica Neuróloga, especialista en Neurodesarrollo

Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN)

Instituto Médico del Lenguaje y Aprendizaje (IMLA)

Profesora Principal de la Facultad de Medicina UNMSM

Profesora de la Especialidad de Terapia de Lenguaje UNFV

www.imlaperu.com