No siempre las rabietas de los niños responden a condiciones en la crianza, puede en muchos casos deberse a factores genéticos. ¿Cómo saber sí es esta la situación que enfrentamos con nuestros hijos, y cómo podemos ayudarlos? Para la psicóloga Ana Cecilia Arenas, especialista del Instituto Médico de Lenguaje y Aprendizaje (IMLA), el niño que tiene dificultades para regular su estado de activación es el niño impulsivo.

Señala que este tipo de niños no es tanto que no quieran auto controlarse, sino que “no pueden”. Frente a este panorama, tampoco se justifica la tolerancia,  toca comprender  lo qué está pasando para poder ayudarlos de forma más eficaz.  “Debemos recordar que la impulsividad como rasgo de temperamento puede deberse, en parte, a predisposiciones genéticas, pero la propia experiencia vital del niño y las condiciones de su entorno determinarán, la intensidad, la frecuencia y la forma en la que finalmente se expresa”, subraya.

Aconseja que para las manifestaciones impulsivas (rabietas, gritos, lloros, etc.) se debe actuar retirando nuestra atención y aplicando algún correctivo. Sin embargo, “No basta con saber establecer límites o castigar, se debe completar el trabajo posteriormente a la rabieta, con ejercicios de vinculación afectiva como leerles cuentos, efectuar ejercicios de relajación por la noche antes de dormir, etc. En esos momentos, es cuando podemos razonar con ellos y analizar lo que ha pasado según la edad y capacidad del niño”.

El niño debe aprender, aunque aceptemos el hecho de que tiene dificultades para controlarse, que sus actos tienen consecuencias. Por ejemplo, si ha lanzado objetos, deberá recogerlos y colocarlos en su lugar; si ha insultado deberá pedir disculpas, etc. Pero debemos, esperar a que se tranquilice para aplicar las contingencias marcadas.

La especialista de IMLA sugiere que cuando se produzca un episodio de impulsividad extrema (gritos, insultos, etc.) los padres, maestros o educadores mantengan la calma. Nunca es aconsejable intentar gritar más que el niño o intentar que razone algo en esos momentos. Esto complicaría las cosas. Tenemos que mostrarnos serenos y tranquilos pero, a la vez contundentes y decididos.